22 de julio de 2011

Relationship of command


Hay un refrán que dice: Dime con quién andas y te diré quién eres. Si obviamos el sentido peyorativo de la frase, que vendría a ser algo así como "eres un puto pelele sin personalidad", hay que reconocer que da en el clavo.

Los hombres (en genérico, las mujeres también, por supuesto, no se me enfade señora Aído) somos seres sociales, y por mucho que los meapilas se empeñen en defender, el alma (la personalidad, el yo) no viene predefinida de nacimiento, sino que es el resultado de millones de interacciones con el mundo que nos rodea, y especialmente con nuestro entorno más cercano, ya sean la familia, los amigos, los compañeros de trabajo o las putas que frecuentes. ¿Cómo si no podríamos explicar el hecho de que los hijos adoptivos acaben pareciéndose a sus padres? 

Sería estúpido pensar que los seres humanos nos limitamos a nacer y a desarrollarnos sin hacer ni puñetero caso a la sociedad en la que vivimos. Tonterías del palo de "la homosexualidad está definida en los genes" no tienen ninguna lógica. Al igual que tampoco la tienen deducciones como "los hijos de un matrimonio homosexual, serán homosexuales". Por esa regla de tres, habría muchos menos homosexuales de los que hay. Y es que estas interacciones, esta colección de vivencias, muchas veces no obedecen a hechos traumáticos o experiencias especialmente intensas, sino que pueden ser simplemente detalles, sensaciones, recuerdos inexplicablemente imperecederos. Siempre he sido un tío muy científico, ya me entendéis, no creo en el alma y esas cosas, para mí todo es pura química (química ultracompleja, pero química al fin y al cabo). Pero creo que lo que haya en el fondo es lo de menos. Lo que tenemos que tener claro es que es muy importante saber con quién te juntas y porque cada decisión que tomes influirá en un momento u otro de tu futuro.

Yo, por suerte, creo que no tengo que arrepentirme (todavía) de ninguna de mis amistades. Tengo buenos amigos y buenos colegas (¿no hace falta que os explique la diferencia verdad?) y creo que todos, a lo largo del tiempo que llevamos juntos, me han aportado algo.

Todo este rollo viene porque el disco del que quiero hablaros me lo recomendó mi compañero Alex con algo así como "conociéndote como te conozco, esto te va a flipar". Y joder, que ojo tiene el cabrón... me flipa. En realidad no sé de qué me sorprendo, gracias a él he descubierto grupos que me fascinan (como por ejemplo Pearl Jam).

Para los que no los conozcáis, At the Drive-In eran un grupo de post-hardcore (etiqueta difícil de interpretar dónde las haya) oriundos de El Paso, Texas. Formado por dos auténticos monstruos como son Cedric Bixler-Zavala a las voces y Omar Rodríguez-López a la guitarra principal, y acompañados por tres músicos nada despreciables como Jim Ward, encargado del resto de guitarras, Paul Hinojos al bajo y Tony Hajjar a la batería, At the Drive-In supusieron un vendaval (decir un soplo es demasiado sutil) de aire fresco para una escena rockera que empezaba a sufrir los estragos de la extrema comerzalización del nu metal y la música en general. Su estilo estaba a medio camino entre el punk hardcore más ortodoxo y ochentero y los ritmos progresivos y étnicos, muy influenciado por la multiculturalidad de sus miembros. Esta diversidad hizo posible que giraran con grupos a priori tan dispares como Jimmy Eat World o Rage Against the Machine.

Rodríguez-López, Ward, Hajjar, Hinojos y Bixler-Zavala. Pelazos, pelazos everywhere.

Relationship of command fue su tercer y último álbum de estudio y los encumbró no sólo en los círculos alternativos, en los que ya eran bien conocidos, sino a nivel internacional. Las revistas especializadas y críticos de todo el mundo babeaban ante el extremado talento de todos los miembros de la banda y ante una propuesta provocadora y realmente original en pleno año 2000. Las letras crípticas, metafóricas y muchas veces completamente psicotrópicas que disfrazaban con tecnicismos y palabras muy alejadas de las habituales composiciones de rock, temas críticos y comprometidos, dinamitaron la etiqueta de post-hardcore para convertir a At the Drive-In en auténticos visionarios, en alquimistas del rock duro.

Y sin más dilación, comenzamos.

Arcarsenal es el despertar de la bestia. Un titán mecánico que respira fuego y se levanta con dificultad hasta estallar con violencia en un ritmo frenético y progresivo apuñalado con la afilada guitarra de Rodríguez y los gritos dementes de Bixler. Pattern against user prolonga ese aroma progresivo, aunque bajando revoluciones y disfrazándolo con un estribillo más melódico y amable.
One armed scissor, un cocktail de vodka con Red Bull, es el tema por antonomasia de la banda, quizás el más progresivo del álbum, con un ritmo desigual y adictivo, con muchísimo gancho, en el que se habla de las experiencias del grupo durante las giras, bajo la atenta mirada de un personaje homónimo.

Sleepwalk capsules (me encanta este título) continúa con la tónica de ritmos imparables, con un bombardeo de energía pura y dura, que se distorsiona y se vuelve incluso más ácida a medida que avanza el tema.
Como contraposición, Invalid letter dept., con su desarrollo lento, pegajoso y casi hipnótico, en el que Bixler se limita prácticamente a hablar durante las estrofas (dios, ya he descubierto de dónde han sacado ese recurso los Enter Shikari) y que se hincha de pura rabia en el estribillo. Una dura crítica a los federales mexicanos que miraron para otro lado ante los asesinatos y violaciones producidas en las maquiladoras de la vecina Ciudad Juárez.


Nos sacudimos el polvo con Mannequin republic, que tras un inicio brutal, se vuelve completamente arrolladora, explorando la vena más hardcore de la banda. Enormes Hinojos y Hajjar, que meten tralla como nadie y que se convierten en el perfecto caldo de cultivo para que sus compañeros se dejen llevar por el tema y saquen su lado más animal.
La llamada telefónica de un secuestrador (el mismísimo Iggy Pop) abre Enfilade, con una distorsión abrumadora y un ritmo increíble, aderezado con una percusión soberbia, la amortiguada voz de Bixler en las estrofas e incluso algunos scratches, y por supuesto, la deliciosa guitarra de Rodríguez. Momento redondo en el que entra el acordeón, dejándonos unos compases magníficos que se adhieren a la perfección al conjunto principal. Como podéis comprobar, mi tema favorito del álbum junto con la anterior.


Con Rolodex propaganda regresamos al progresivo. Tema enérgico y desquiciado, en el que Iggy vuelve a hacer de las suyas, esta vez murmurando gilipolleces en los coros del estribillo. Después llega Quarantined, sus truenos de tormenta y su bajo inconmensurable, que lame cada compás hasta que se abraza a la guitarra triste y retorcida, dando a luz un tema pesado, melancólico y alucinógeno. Más progresivo, pero esta vez reventando tímpanos, Cosmonaut es otro cartucho de adrenalina, de ritmos imposibles y muy cuidados, de estribillos hirientes y guitarras desgarradoras.
Non-zero possibility cierra el plástico, derritiendo los acordes de un piano para que se diluyan suavemente en esa mezcla etílica y mágica, en esa melodía psicodélica y acongojante, dolorosa y furtiva en el que el bajo y la batería son meros espectadores de la triste historia que evocan la guitarra acústica y la voz de Bixler.


A pesar del éxito del álbum, Bixler no estaba muy contento con el resultado. Parece ser que durante las grabaciones el sonido era mucho más sucio y auténtico, y aunque parte de esta esencia sigue presente en el trabajo, el vocalista afirmó que el trabajo de mezclas, aunque bueno, había eliminado ese sonido genuino que él deseaba.


En noviembre del ese mismo año, el grupo sufre un accidente de tráfico que aunque no fue muy grave (sólo dos miembros tuvieron que acudir al hospital, y por heridas leves) supuso el principio del fin. Los problemas de drogas de Rodríguez y Bixler, unidos al extraño temperamento de este (que llego a balar a su público durante un concierto porque según él, no sabían disfrutar de la música) obligaron a suspender su paso por Europa, alegando estar exhaustos física y psicológicamente.
Fue ya en marzo de 2001 cuando, en lo más alto de su popularidad y a pocos meses de comenzar una gira por EE.UU., el grupo anuncia una "separación indefinida" que poco después se convertiría en definitiva. Los motivos aducidos por los integrantes es que, mientras Bixler y Rodríguez  querían sumergirse de lleno en el progresivo, Ward, Hinojos y Hajjar deseaban mantener esa identidad de punk hardcore. El resultado fue que los dos primeros fundarían The Mars Volta para dar rienda suelta a sus inquietudes trascendentales, y el resto de At the Drive-In se embarcó en un proyecto más enfocado hardcore llamado Sparta. Aunque no debieron de acabar muy mal, pues pocos años más tarde Hinojos dejaría su grupo para unirse al de sus excompañeros.


He de decir que The Mars Volta me molan. Demasiado progresivos a veces, pero me molan. En cuanto a Sparta, no los he escuchado, pero creo que les pegaré una escucha. Quién sabe. Quizás dentro de unos meses aparezca por aquí una reseña de ellos.


Pues nada gentuza, cuidaos mucho y esas cosas, nos vemos en la próxima. Que os den, y un abrazo.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Pek3 dijo...

Hostia pues mientras leia me he puesto a escucharlos y me han molado sabes? esta chulo ese estilo tan original que tienen. Buena entrada maldito bastardo, chupame un huevo, te quiero.

Marie dijo...

La lista de música de este blog es tremenda.

Unknown dijo...

Entrada tremenda para un grupo tremendo. La verdad es que sabía que este grupo a ti te gustaría de inmediato. Enn su día este trabajo fue muy innovador si tenemos en cuenta la saturación de Nu Metal que había en el panorama.

Me gusta casi todo el disco, aunque sí es verdad que no es un álbum para oír del tirón, pues peca de estar sobrecargado.

Como curiosidad decir que el nombre del grupo salió de unos versos de la canción de Poison "Talk Dirty To Me".

Excelente entrada pedazo de subnormal. Te veo mañana.

Raúl dijo...

¡¡¡Me encanta este disco!!! Lo siento, Vinny, aún no he leído el post, soy lo puto peor, no comento hasta que no leo las entradas a conciencia y al final no comento casi nunca, por tiempo. Mañana me paso, porque no sé NADA de este grupo, aparte de haber escuchado canciones de uno de sus discos hasta la saciedad. Y me gustaría saber. Muy buenos.

Raúl dijo...

Ya lo he leído. Vale, me esperaba una mayor explicación del hecho de que este grupo terminara sin más, pero ya veo que es lo que hay, no hay más. Una pena. Casualidad, hará dos días se lo recomendé a un colega (si, en este caso 'colega', amigos tengo muy pocos) y no le gustó la voz. Cosas de cada uno, a mi me encanta, el ritmo, la voz...

Con sonido más sucio también hubiera estado bien, pero así ya cumple.

Carlos dijo...

Lo del termino de post hardcore les viene al pelo. Aunque para mi los grandes del genero seguiran siendo Fugazi. The Mars Volta son otra cosa pero fliplan un mogollón. Saludos y a seguir con la marcha

Scott St. James dijo...

Y aquí es donde un servidor se desconectó de todos los nuevos sonidos rockeros.
Ya no necesitaba estos vendavales y simplemente, el lado más extremo y bruto del rock dejó de interesarme. Mi comentario no quita que te de la enhorabuena por el post, eres un nihilista cabronazo.
Lo más fuerto que oigo actualmente es MAstodon, que tampoco es que sea nada fuera de lo normal, o sea que imagínate. Prefiero la pegada rítmica a cualquier cosa que huela a sobresaturación de amplificadores.
Cheers!

Sergio DS dijo...

Buenos, muy buenos, pero es cierto que hay que escuchar el álbum de forma dosificada, al menos en la primera audición, pues para denso.

Por cierto, con el cambio de estética me cuesta más leer el texto, y uno está mayor, pero vamos, lo copio y pego en word y me apaño.
;)

Vinny Gonzo dijo...

jaja, tranquilo Sergio, estamos tratando de solucionarlo, a ver si podemos hacer que sea más visible, que a mí también me cuesta lo mío leerlo

Anastasia dijo...

Este blog sufre cambios de fondo cada dos por tres por lo que veo...
Me gustan las imágenes de fondo que hay ahora; aunque he de decir que, como a Sergio, me cuesta un poquito más leer el texto. Aun así es divertido ver las fotos una por una y pensar que todas tienen algo en común.

¡Besos!