24 de septiembre de 2012

Apocalypse dudes


La que han montado los catalanes. Con la de tiempo que llevan dando el follón con lo de la independencia y ahora parece que les entran las prisas. Y claro, pues como en todo, cuando empiezan las prisas, las cosas se hacen mal.

Creo que ya lo he dicho alguna vez, pero me reafirmo en mi posición: me suda la punta del nabo la unidad de este país y los independentistas. ¿Que se quieren independizar? Pues que se independicen, a mí plin. No voy a llorar por los rincones como la Zarzamora porque se les haya metido en la cabeza que quieren ser un país. Tienen todo el derecho a decidir si quieren ser un país a parte. Y las razones que aduzcan me dan exactamente igual, aunque algunas como esa historia conspiranoica que se han montado alrededor de la guerra de Sucesión (que sería como decir que la 2ª Guerra Mundial fue un ataque de los Aliados a Japón) sean algo descabelladas. Me resultan muy graciosos esos patriotas que tachan a los nacionalistas de escoria. ¿Me puede explicar alguien la diferencia entre un "patriota" y un "nacionalista"? Porque yo diría que la única diferencia es que las fronteras son más o menos grandes. Y que nadie me venga con la excusa de "es que España es más antigua" porque los argumentum ad antiquitatem no me sirven y porque por suerte (o seguramente por desgracia) no somos franceses porque le pegamos la patadita a José Bonaparte.

Eso sí, hay un pero. Siempre hay un pero. En este caso hay dos. El primero es que desde luego, con todo lo poco españoles que se consideran, las costumbres las tienen bien aprendidas. Porque eso de pedir dinero y luego, si lo he visto no me acuerdo, es muy castizo. Y es precisamente lo que pretenden aprovechando los rescates a las comunidades autónomas. Yo pido las perras, me independizo, y ya si eso ya que va a ser que no, pues igual lo devuelvo. El segundo pero, y este es más una opinión personal con respecto a su decisión, no creo que sea muy inteligente con la que está cayendo forzar las divisiones por meras cuestiones culturales (y menos cuando desde Europa les han dicho que sí, que palmadita en la espalda, pero que de lo demás, rien de rien). Vamos, que no sé lo que pensarán ellos, pero yo lo veo un suicidio económico. En el tema del fútbol no voy a entrar, porque me parece tan sumamente estéril y demagógico, que paso de mancharme las manos.

Dicho esto (perdón a nuestros lectores extranjeros, que esto les interesará lo que a mí el color de las bragas de Cristina Fernández-Kirchner) vamos con algo de hard rock escandinavo.


17 de septiembre de 2012

Who's next

Bueno, ya ha terminado el verano. Sí, así de categórico comienzo esta entrada. Yo soy así. Lo mismo un día me embarga la emoción y os invito a luchar por vuestros sueños que otro me levanto en plan misántropo pesimista y me dedico a joderos la ilusión. Se acabaron los chiringuitos, los pantalones cortos, las cervecitas a media tarde, los Kalise para todos, las medusas, las viejas en top-less, las zorras adolescentes con los cachetes del culo asomando por debajo de los shorts... Joder, que depresión. Tengo que volver al prozak.

Pero con septiembre siempre hay cosas que vuelven: los niños al cole, las colecciones por fascículos y, en mi caso, la universidad. Aunque este año va a ser un poco distinto porque estoy ya oliéndole el culo al mercado laboral (traducido a lenguaje no vinnyense, que me queda ná y menos para terminar) y se me presenta un cuatrimestre tranquilito, de manera que me he propuesto volver a honrar este blog con mi presencia de una manera más regular.

Y voy a comenzar esta nueva etapa con un disco de The Who. ¿Por qué? Pues porque me sale de los huevos, a ver si voy a tener que dar explicaciones de todo. Que todo lo queréis saber, pandilla de jorgejavieres...

Perdón, que estoy irascible. He elegido Who's next para este fastuoso regreso por la sencilla razón de que mi imagen ante vosotros lectores ha quedado defenestrada en más de una ocasión por mi dudoso (en vuestra opinión claro, en el mío es la puta ostia) criterio musical. Así que me dije, pues voy a hacer algo de los Who y a demostrar que yo también sé ponerme clasicón.