25 de mayo de 2014

Piedra, papel, tijera, lagarto, Spock: Cinco temas para celebrar el día del orgullo friki

¡Feliz día de la toalla a todos! Hoy es un día especial para todos los que nos consideramos parte de este amplio y heterogéneo grupo. A día de hoy hasta un término tan peyorativo como es el de friki se ha convertido en moda de quinceañeros. Esos que se pasean por la calle con sus gorritas de Minecraft bebiendo Monster, comiendo ramen barato y hablando de lo bien que les salió su última partida de League of Legends.

Pero no os dejéis engañar queridos amigos. Los que verdaderamente nos sentimos orgullosos de ser frikis en muchas ocasiones no lo aparentamos o, en caso de sí hacerlo, no sentimos la necesidad de demostrárselo al mundo creándonos el enésimo canal de YouTube centrado en gameplays.

No podía dejar pasar esta ocasión así que he decidido hacer una breve selección de cinco temas frikis para celebrarlo:

20 de mayo de 2014

Histeria universal: Nunca te fíes de una paloma

Sit tibi copia, sit sapienta, formaque detur inquinat omnia sola, superbia si comimetur
Ten riqueza, ten sabiduría, ten bondad, pero guárdate del orgullo que mancha todo lo que toca
(inscripción grabada en un pilar del Krak des Chevaliers)

Año 1096. Después de casi un año de expedición desde que el primer Deus vult -Dios lo quiere- se oyese en Francia, los grupos cruzados liderados por Godofredo de Bouillón y por Raimundo de Tolosa se encuentran faltos de provisiones. Se ven obligados a tomar una fortaleza, y sus tierras aledañas, para reabastecerse. Esa fortaleza que se alza impasible sobre una elevación se convertirá, tras múltiples reformas y mejoras, en uno de los bastiones más inexpugnables jamás erigidos. El Krak des Chevaliers.

Con tres de sus flancos protegidos por una empinada ladera, la única forma de acceder es a través de la entrada principal, expuesta frente a una amplia llanura.

Tras la fundación de los reinos latinos de Tierra Santa, el castillo pasa a formar parte de Tripoli. En 1141 el castillo es cedido por Raimundo II a la Orden de San Juan de Jerusalen, los caballeros hospitalarios (actual Orden de Malta). Bajo su control, el Krak pasa a ser un bastión cristiano impenetrable. En 1183 y posteriormente en 1188 la fortaleza fue sitiada por el mismisimo Saladino sin éxito.

Pero la euforia y unidad que la Primera Cruzada había causado en los reinos europeos hacía tiempo que había pasado. La situación cristiana en Tierra Santa era cada vez más insostenible. El mayor bastión cristiano, la única fortaleza que había resistido todo ataque, era guardado por tan solo 300 hombres.

Ante esta situación, en 1268 Hugues de Revel, Gran Maestre hospitalario, solicida ayuda urgente para reforzar el Krak. Una ayuda que nunca llegó. Dos años después, Baibars, sultan de Egipto, se adenta en las tierras de pasto dominadas por la fortaleza. Finalmente, en 1271 una fuerza de mamelucos pone sitio al Krak durante varios días mientras el sultan toma otras fortalezas de la zona como Chastel Blanc. Nada más llegar al sitio todo el grueso del ejércitio del sultan, comienza a construir armas de asedio y a castigar los muros con lanzapiedras. Finalmente, y tras minar el recinto, se derrumba una de las torres creando una brecha. Baibars se decide a ordenar el ataque y consigue tomar el primer recinto exterior. Sin embargo, los pocos cruzados que logran sobrevivir se retiran al recinto interior.

A pesar de verse superados en número en proporciones ridículas, las formidables defensas de la ciudadela permiten resistir a los pocos hospitalarios que se hacen fuertes en sus muros. Baibars se enfrenta a lo que parece ser un largo sitio, algo que no se puede permitir.

Mientras tanto, los defensores son conscientes de que no hay victoria posible, y es solo cuestión de tiempo que acaben cayendo, pues no hay forma de que reciban ninguna ayuda. Sin embargo no se rendirán. Les vincula la Regla de su Orden, que prohibe expresamente que un caballero rinda una fortaleza hospitalaria sin la aprobación de su Gran Maestre. Solo pueden esperar lo inevitable.

Aquí es donde nuestra paloma entra en escena. Ambos bandos esperan durante 10 días, sabiendo que ni unos podrán tomar el recinto, ni los otros romper el sitio. Hasta que una paloma llega al recinto interior portando un mensaje del Gran Maestre de Tripoli. En ella les otorga permiso para rendir la fortaleza. No hay duda de que se trata de una falsificación enviada por el sultán, pero da a los caballeros una excusa honorable para terminar el sitio. La capitulación es aceptada por el sultán de forma inmediata y en buenos términos, prestándose incluso a firmarles un salvoconducto hasta llegar a tierras cristianas.

Y así el Krak des Chevaliers, una de las más, sino la más, inexpugnables fortalezas que aun se conservan, fue rendido con un engaño.

En el reciente conflicto de Siria, el Krak, declarado patrimonio de la humanidad, fue ocupado por opositores al gobierno que resistían en él desde hacía dos años, y recapturado marzo. En este artículo de la BBC pueden verse un par de imágenes que muestran los deterioros causados por la crudeza del conflicto.

18 de mayo de 2014

Por amor a la música: Reincidentes - Sol y rabia

He tenido una semana de locos coronada por un amago de resfriado bastante inoportuno. Pero ya es domingo, ya estoy aquí sentado tranquilamente, y ya puedo acudir a mi cita ineludible con Por amor a la música.

Última ronda de sellos discográficos y mi tocayo Nortwinds no podía fallarme sacando a la palestra una entidad patria, Discos Suicidas, haciéndolo además con el Materia reservada de mis queridos Reincidentes.

Repasando todas las publicaciones del sello vasco me he dado cuenta de que cada día que pasa soy más intransigente. Poco queda de aquel joven Vinny que se tragaba letras contestatarias como si fueran jarabe para la tos. A día de hoy, le tengo una tirria impresionante a los dinosaurios del "punk" ibérico (el señor Evaristo Páramos ocupa el número uno en mi lista de "gente a lo que no me importaría en absoluto que le diera un hictus") y en cuanto a las nuevas generaciones, soy incapaz de tomarme en serio a unos tíos que creen que ponerle un montón de kas y zetas al nombre de su grupo es el acabose del movimiento antisistema. Puedo contar con los dedos de una mano los grupos que han conseguido sobrevivir entre mis elecciones habituales, y en muchos casos es una cuestión más de nostalgia que de paladar.

Reincidentes son uno de esos grupos y por eso son los elegidos hoy, pese a que coincido con nuestro anfitrión (al que por cierto agradezco la supresión del veto, porque estoy seguro de que ellos hubieran sido los elegidos).

13 de mayo de 2014

Heptágono (ABRIL 2014)

En una semana de estrés monumental saco un ratillo para poner al día el Heptágono. Ya sabéis, un mes, siete entradas y mucha calidad. Pero mucha, mucha, de verdad.

- Arrancamos con una recomendación literaria de la mano de la señorita Neon Furs del blog Our gods are dead. Neil Gaiman y Terry Pratchett, mano a mano, codo a codo, para contarnos una historia sobre el apocalipsis donde el humor filosófico y rebuscado de Pratchett se acomoda como si de una sábana de seda se tratara al crudo, siniestro y adictivo estilo de Gaiman. Good omens (Buenos presagios). Imprescindible.

- Seguimos con un poco de arte (muy relacionado, además, con mi última entrada, la dedicada a John Williams). Chris Taylor nos mostraba en Mashable una pequeña muestra de lo que se pudo ver en la exposición Legion a principios de mayo y en la que varios artistas utilizaban como lienzo el casco de un stormtrooper. Mucha imaginación y sorprendentes resultado.

- Nunca he sido fan del Capitán América y con mi edad ya no es momento de empezar a serlo. Pero chico, a la tercera crítica favorable que ves de una película que tenía toda la pinta de repetir el estropicio de predecesora, te replanteas muchas cosas. Y es que según dicen todos los que la han visto, Capitán América: El Soldado de Invierno es un brutal entretenimiento con algo más. Pablo Muñoz, de Blogdecine, parece estar de acuerdo.

- Para no cambiar de tercio y seguir con el Universo Marvel, aquí os dejo con una divertidísima "guía" para no perderse un detalle sobre los distintos mundos que podemos encontrar más allá de la atmósfera de nuestro planeta (según la editorial de cómics, claro), obra de Javi Sánchez (Xataka).

- Vamos con el ya clásico apartado "críticas que no me atrevo a hacer porque no sé tanto como parece". Siempre es agradable escuchar grupos patrios que se marcan algo distinto y la escena metalera underground en España últimamente deja cosas sencillamente brutales. Los sabadellenses Reek presentan Necrogenesis, su primer largo, una dosis imparable de thrash metal con pinceladas progresivas (escuchad por favor Landscapes of Elysium si queréis gozar como perras) y Black Gallego (oh, sorpresa) nos lo contaba en Hipersónica

- Para bien o para mal el 31 de marzo terminó Cómo conocí a vuestra madre. A la pena de no poder disfrutar de nuevo de las aventuras de Ted, Marshal, Lily, Barney y Robin se unió un final que no dejó indiferente a nadie. Si no la habéis visto saltad al siguiente punto. Si lo habéis hecho, estaréis de acuerdo conmigo en que este artículo de Ernesto Filardi en Jot Down da en el clavo en su análisis, tanto si os pareció el mejor final posible como si (al igual que servidor) proferisteis alguna blasfemia frente al ordenador.Venga hombre...

- Termino con algo un poco fuera de lo común, pero que personalmente creo que merece mucho la pena. Juanjo Villalba y Rubén Moldes entrevistaban en VICE a Gloria Poyatos, juez y autora de La prostitución como trabajo autónomo, una defensa más que argumentada y reflexionada sobre por qué se debe descriminalizar (que no despenalizar, porque no está penado) el oficio más antiguo del mundo. La conversación ahonda en el tema y, no voy a negarlo, a mí me ha convencido.

7 de mayo de 2014

Por amor a la música: John Williams - OST Star Wars

Qué importante es la banda sonora en una película. Pensad bien en todas esas películas (sean del género que sean) de las que encuentras en las típicas listas de "100 lo que sea antes de morir". En todas (bueno, en casi todas) las escenas que se quedan grabadas en nuestras retinas están acompañadas por melodías que hacen lo propio en nuestros tímpanos. Y da igual que sea una historia sobre el último descendiente de una tribu, un intrépido profesor de arqueología, un perturbado con problemas maternales, la guerra entre la luz y la oscuridad o, como en el caso de hoy, epopeyas de una galaxia muy muy lejana.

¿Pero qué cojones me estás contando Vinny? Vale, vale, vamos por partes. Resulta que esta semana era el turno de Bernardo de Andrés de ejercer de anfitrión en Por amor a la música y dentro de todos los posibles sellos discográficos a su disposición ha elegido, y con muy buen criterio si me lo permitís, el que regentaba ese monstruo llamado Robert Stigwood, RSO Records. Para ello sonaron los escoceses Blue en Mi Tocadiscos Dual.

Echando un vistazo a su lista de publicaciones, me he dado cuenta de que he comentado ya dos discos suyos: el debut de Clapton y la banda sonora de Saturday Night Fever. Y es que entre las filas de RSO se encontraban, ni más ni menos, que Cream, los Bee Gees, además de la producción de musicales de gran calado como Grease o Tommy y la banda sonora de varias películas entre ellas, como os podéis imaginar, la de la segunda y tercera parte de las aventuras de Luke Skywalker.

Durante unos segundos me he planteado hablar sobre ese Layla and other asserted songs del que todo buen bloguero musical debería hablar alguna vez en su vida. Pero después me he dado cuenta de que yo no soy un buen bloguero. Yo soy un maldito friki. Además, por si fuera poco, hace sólo tres días que se celebró ese may the fourth y yo no hice nada especial.

Pues eso. John Williams es en gran medida responsable de que la trilogía de George Lucas sea lo que es. También es responsable de otras maravillas como Tiburón o la otra trilogía de George Lucas, la que también sale Harrison Ford. Y también de que la última trilogía (la que es precuela de esta trilogía) de George Lucas se salve de morir apedreada por una muchedumbre aburrida y muy decepcionada en la plaza mayor de Tatooine. ¿Todo claro?

4 de mayo de 2014

Versióname otra vez: Coolio / In Fear and Faith - Gangsta's paradise

Hacía ya demasiado tiempo que esta sección se encontraba en stanby. La propuesta de hoy es, probablemente, la que menos aceptación va a tener entre el público habitual, pero me lo pedía el cuerpo.

Seguramente todos habréis visto Mentes peligrosas. Ya sabéis, esa película en la que una joven (o no, que esta mujer siempre se ha "conservado" muy bien) Michelle Pfeiffer se hace cargo de una clase de jóvenes problemáticos. Si no habéis tenido la oportunidad, tranquilos que alguna tarde de sábado volverán a ponerla en Televisión Española. El caso es que sin ser la película una maravilla (entrañable con todo el tema del drama social, pero nada más) su banda sonora tuvo una aceptación más que interesante. Una colección de temas de hip-hop para ilustrar la realidad de los barrios bajos cuyo máximo exponente era Gangsta's paradise de Coolio (y en la que colaboraba el vocalista de R&B L.V.). La amarga visión de un antiguo pimp de esos de gatillo fácil que encuentra en el Pastime paradise de Stevie Wonder su mayor inspiración, no en vano sampleaba la canción y revisionaba el estribillo. Ganadora de varios premios poco importantes (lo siento, no me tomo en serio ni los de la MTV ni los Grammy) no cabe duda que fue un auténtico éxito (el único, al menos que yo sepa, de la carrera del rapero de Compton) y que a día de hoy sigue manteniendo la etiqueta de "clásico". Signifique lo que signifique.


In Fear and Faith, por su parte, son una banda de lo que a mí me gusta llamar nenacore. Esto es, riffs potentes, dobles bombos intermitentes, berridos a tutiplén y, de pronto, una voz aflautada con cierta querencia a la ñoñez. El caso es que estos chicos sacaron en 2008 una versión de Gangsta's paradise que, personalmente hablando, es insuperable. Un año después publicaron Your world on fire, su primer larga duración, y yo, inocente, me lo tragué con patatas. Probablemente los dos mejores temas del trabajo (The road to hell is paved with good intentions y Strength in numbers) son precisamente los dos que cuentan con invitados especiales de bandas más experimentadas y, permitidme que me de el gustazo, con más talento (Craig Owens, de Chiodos, y Jeremy McKinnon de A Day to Remember). De la dolorosa y decepcionante experiencia saqué dos cosas en claro: la primera es que nunca juzgues a una banda por una versión (y tampoco por un single) y segundo que, cuando la materia prima es superior, todo mejora. Y esto último es lo que sucede con Gangsta's paradise.

1 de mayo de 2014

Por amor a la música: Anathema - A natural disaster

Estoy últimamente de un moderno que asusto. Me pego las horas de curro entre canciones de Haken, Animals As Leaders, Unicornibot, Jardín de la Croix, Toundra, Massive Attack, Portishead... Debe ser que me estoy haciendo mayor y salvo en ratos contados lo que me pide el cuerpo son cositas elaboradas y experimentales.

Os digo esto para que no os extrañe en absoluto que cuando Josi, nuestro anfitrión esta semana en Por amor a la música, propuso el pequeño sello Music for Nations (al que le debemos, y ojo que no es moco de pavo, la publicación en europa de casi todos los mastodontes del metal americano ochentero) con su post sobre el Heart of the storm de Alaska (el grupo, no la señora de Mario Vaquerizo) y vi entre la lista de artistas publicados (de la que Josi había eliminado a Metallica) a Opeth y Anathema tuve claro que la lucha iba a estar entre ellos dos.

Si bien me apetecía bastante hablar de Blackwater park, uno de esos discos que he recuperado bastantes años después, hace más bien poco que ya os hablé de Opeth y lo cierto es que nunca me había dado por escuchar Anathema. Me gusta el rock progresivo y a día de hoy no conocer el nombre de los hermanos Cavanagh es casi un pecado, pero ya se sabe que del dicho al hecho hay un buen trecho.

Decidido a enmendar mi error me pegué ayer toda la tarde escuchando en bucle Judgement, A fine day to exit y A natural disaster, los tres trabajos que publicaron los de Liverpool con el sello Music for Nations. La elección de este último por encima de los otros dos es meramente personal y la culpa la tiene un corte en concreto. Pero no adelantemos acontecimientos.